martes, 6 de diciembre de 2016

Observación del celo de la Cabra Montés (Sierra de Guadarrama, Madrid).

Tras los intentos fallidos del mes pasado, en el que tuvimos que suspender por causas meteorológicas dos de las tres expediciones programadas para la observación del celo de la Cabra Montés (Capra pyrenaica), lo volvemos a intentar hoy 6 de diciembre, una jornada que reúne todas las condiciones favorables para la observación del comportamiento de este noble animal. 
Nos acompañan esta vez dos estudiantes de Ingeniería del Medio Natural (Cristian y Noelia), Carlos (procedente de Madrid), y una familia de Madrid (Silvia, Manuel, Sara y Pablo), que ya han participado en varias de nuestras actividades. 
La nieve, que todavía permanece en cotas superiores a los 1800 m. de altitud, ha desplazado a las cabras hacia las zonas bajas del valle, donde abundan el matorral y los verdes pastos.
Elegimos varios puntos de observación lo suficientemente alejados de las cabras, para no interferir en su normal comportamiento. 
Ello nos obliga a utilizar permanentemente nuestro material óptico para no perder detalle de lo que acontece allí abajo. Mientras tratamos de localizar algún grupo de cabras, varios Colirrojos se posan a nuestro alrededor.
Localizamos a un numeroso grupo de Cabras Montesas, en torno a 60 ejemplares de todas las edades, entre los que había varios corpulentos machos. 
Foto: Carlos Rayón.
Enseguida detectamos que varios de los grandes machos acechaban permanentemente a las hembras. Las colas de los machos todavía están erguidas, lo que nos indica que el celo está todavía en pleno apogeo.
Al margen del grupo más numeroso, localizamos pequeños subgrupos aislados de hembras y pequeños cabritos, pastando tranquilamente en los alrededores.
Foto: Carlos Rayón.
Poco a poco nos fuimos aproximando al grupo, para tratar de ver mejor el espectáculo.   
Además de los machos acechando a las hembras, pudimos contemplar cómo dos machos bastante potentes iniciaban una pelea. 
Logramos filmar varias secuencias de todo lo acontecido allí abajo, tanto cortejos como peleas. Cristian no se resistió a aproximarse a un par de ejemplares que pastaba muy cerca de nuestra posición.
Con tan solo 12 años de edad, Pablo es un gran aficionado a la naturaleza y no pierde detalle de todas y cada una de las observaciones, reconociendo perfectamente las huellas y excrementos del Zorro e identificando a la primera el vuelo del Buitre Leonado y del Buitre Negro. 
Cristian y Noelia han puesto mucha atención en las observaciones, anotando en su cuaderno de campo todos los datos que les fuimos proporcionando, relacionados con la biología de la especie. 
Después de permanecer unas 4 horas en los tres puntos de observación que elegimos para la actividad, iniciamos el regreso al punto de partida, con la satisfacción de haber logrado nuestro objetivo.
Además del espectáculo ofrecido por la Cabra Montés, disfrutamos también de los paisajes que nos ofrece la Sierra de Guadarrama. 
Algunas de las secuencias filmadas durante esta jornada aparece el en siguiente vídeo, editado a modo de presentación de la expedición faunística:

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