viernes, 12 de agosto de 2016

La noche de las Perseidas (Sierra de Guadarrama, Madrid)

En torno a la festividad de San Lorenzo tenemos la oportunidad de disfrutar de un espectáculo celestial que se repite cada año: La noche de las Perseidas. Se trata de una noche mágica en la que el factor sorpresa es el protagonista, porque no sabemos el momento en que se producirá, pero cada vez que veamos una Perseida será como una sorpresa en sí misma, por la intensidad de su estela, por su longitud o por su brillo.
Había mucha expectación entre los grupos que conducimos durante las noches del 11 y 12 de agosto, por disfrutar del espectáculo de las "Lágrimas de San Lorenzo". Para ello teníamos preparada una actividad especial, una ascensión nocturna al Monte Abantos para contemplar las Perseidas desde uno de los mejores escenarios posibles de la Sierra de Guadarrama. Nuestro objetivo es conducir al grupo a una pradera situada a más de 1.700 m. de altitud, alejada de la contaminación lumínica y con vistas a la constelación de Perseo, punto radiante del que provienen la mayoría de los meteros. 
Estelas de meteoros pueden verse durante todo el año, pero desde mediados de julio hasta finales de agosto, es muy activa la lluvia de meteoros procedentes del cometa 109P/Swift-Tuttle, siendo entre los cuatro o cinco días anteriores y posteriores al 11 de agosto cuando se produce la mayor actividad meteórica. Cada vez que La Tierra cruza por la nube de partículas que este cometa va dejando en su órbita, aparecen esas fantásticas Perseidas.
Después de cenar nos acercamos a las praderas donde nos tumbamos para contemplar el firmamento en espera de las ansiadas Perseidas. Volver nuestros ojos al cielo tratando de entender lo que vemos en él nos ayuda a redescubrir nuestro vínculo original con el Universo. No olvidemos que de él procedemos, que somos parte de él y que debemos tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos como especie humana de contribuir dignamente a su evolución.
Tan pronto como dimos por concluido el espectáculo, nos acercamos a la cumbre del Monte Abantos, que estas noches de verano ofrece una panorámica excepcional.
Durante el descenso nos encontramos con algunas criaturas de la noche, como este Zorro (Vulpes vulpes), que se quedó sorprendido de nuestra presencia en el bosque a horas intempestivas. 
En el Monte Abantos son especialmente abundantes las Arañas Lobo (Lycosa sp.), que aprovechan las noches para salir a cazar.
Lycosa sp. 
También vimos algunas especies interesantes de Coleópteros, como el Carábido de la Sierra de Guadarrama (Oreocarabus guadarramus), y un ejemplar enorme de Cerambyx, probablemente Cerambyx welensii, un cerambícido de hábitos nocturnos muy abundante en los bosques autóctonos, donde vive alimentándose de la madera de los troncos.
Cerambyx sp. 
Anotamos también en el Cuaderno de Campo el avistamiento de una hembra de la Chicharra de Montaña (Lluciapomaresius stalii), muy abundante estas fechas en el Monte Abantos. 
Y como broche final a nuestra aventura, visitamos uno de los lugares más misteriosos y tenebrosos del Monte Abantos que no dejó indiferente a ninguno de nuestros visitantes: La Cruz del Niño Pedrín.

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